Año Europeo del Patrimonio Cultural
Un paseo por diez espacios emblemáticos de la ciudad, todos declarados Bien de Interés Cultural, para entender qué es el patrimonio cultural y como ha contribuido a definir nuestra historia e identidad colectiva.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Patrimonio Cultural? El concepto es muy amplio y hace referencia a todos aquellos elementos que heredamos del pasado y arrojan luz sobre nuestra historia, bien sean materiales, inmateriales, naturales o incluso digitales. El patrimonio no es algo estático y obsoleto, sino una realidad cultural viva y dinámica que cumple un importante cometido en la construcción de la Europa del futuro.
Por todas estas razones, las instituciones europeas, de forma unánime, han declarado este 2018 como Año Europeo del Patrimonio Cultural, una celebración que pone en valor este recurso compartido que contribuye a «sensibilizarnos en una historia y valores comunes, reforzando el sentimiento de pertenencia a un espacio común europeo». A lo largo de todo el año, un amplio programa de actividades busca conectar al público con su patrimonio, fomentando prácticas de turismo sostenible que lo hagan accesible a todos.
Con motivo de esta efeméride, os proponemos un recorrido por diez espacios de Ourense que, por su valor único y su contribución a la historia de la ciudad, han merecido la categoría de máxima protección patrimonial, los denominados BIC, Bienes de Interés Cultural. Los diez merecen una visita por sí solos, pero también es importante verlos en conjunto, como pinceladas de ese cuadro que es Ourense, una ciudad termal con más de dos mil años de historia, tierra de poetas e intelectuales y la puerta de entrada a Galicia.
Fue el último en conseguir reconocimiento BIC, en 2007, de la mano de un decreto que señala cómo «el conjunto termal de As Burgas, sus manantiales y solar donde se ubican constituyen un elemento único y representativo directamente relacionado con los orígenes de la ciudad, conformando el núcleo habitacional originario». Un elemento diferenciador, ligado a la historia de Ourense y a su identidad colectiva, el Ourense termal por definición.
En 1975 se reconoce al Ourense monumental, en su totalidad, como «conjunto histórico- artístico», entendido como «una pequeña ciudad», donde los grandes monumentos conviven con otros espacios singulares pero menos conocidos: la Casa de los Temes, la Cárcel de la Corona, la Casa de los Boán… Su declaración buscaba «preservar sus valores de reformas e innovaciones que pudiese perjudicarlos», algo de especial relevancia en un momento, los años 70, de grandes transformaciones urbanas en la ciudad.
En 1931, con el objetivo de «proteger, conservar y acrecentar el Tesoro Artístico Nacional», el gobierno de la República realiza una amplia declaración de monumentos históricos y artísticos por todo el país. En el caso de Ourense, incluirá la Catedral y el Antiguo Palacio Episcopal, que por entonces aún funcionaba como tal. Otros lugares de la provincia que gozaron de la misma suerte fueron los monasterios de Celanova y Melón o las iglesias de Santa Eufemia de Ambía y Santa Mariña de Augas Santas.
En los años 50 el antiguo Palacio Episcopal se convierte en sede del Museo Arqueológico Provincial, hecho que motiva un nuevo reconocimiento para este edificio, esta vez con el foco puesto en los bienes que atesora. La nueva declaración llega en 1962 de la mano de un decreto genérico que eleva a los museos de España a la categoría de «Patrimonio Histórico-Artístico» por «conservar valiosas colecciones de notable interés artístico, histórico, arqueológico y etnológico.»
Reconocido como BIC en 2002, el antiguo palacio de los Oca-Valladares es un magnífico ejemplo de elemento que combina patrimonio material e inmaterial. Joya de la arquitectura renacentista del siglo XVI, identificable en elementos como su fachada o el patio de columnas, desde el siglo XIX es la sede del Liceo, la sociedad cultural más antigua de la ciudad, con ilustres miembros como Curros Enríquez o Carlos Casares.
El ya citado decreto de 1931 incluyó como elementos que proteger todas las catedrales de España, incluída la de Ourense. Razones no faltan: ejemplo de transición entre los estilos románico y gótico, contiene espacios y elementos de gran hermosura y majestuosidad, como el Pórtico del Paraíso, la Capilla Mayor o su inconcluso claustro gótico, por no hablar de los tesoros que custodia, incluyendo el Misal Auriense, posiblemente el más antiguo libro impreso en Galicia que se conserva.
El decreto del año 2000 dio respuesta a una larga demanda de la Asociación de Amigos del Cementerio de San Francisco, entre cuyos miembros estaba el poeta José Ángel Valente, por ver este espacio reconocido y protegido para el futuro. Este camposanto de aires góticos y románticos no sólo tiene valor como monumento, sino también por la importante nómina de intelectuales y artistas que aquí descasan.
Junto al cementerio se encuentra el claustro, ambos parte del antiguo convento franciscano. Fue el primer elemento de este conjunto en conseguir la declaración de monumento histórico-artístico, en 1923. Hoy es visitable, disfrutando del magnífico conjunto que forman sus columnas coronadas por capiteles, conservados en virtud de un decreto que estipulaba que «no podrá procederse, bajo ningún concepto, a su derribo, ni total ni parcial».
Peor suerte corrió la iglesia del convento, que en 1929 se trasladó a su ubicación actual, en el Parque de San Lázaro. El hecho no impidió que en 1951 sea declarada monumento histórico-artístico, en un texto que destaca que «su fábrica es del más puro estilo gótico del XIV: sus ábsides tienen atrevidas y esbeltas bóvedas nervadas construidas en granito, y están iluminadas por altas y elegantes ventanas».
El Puente Viejo, Puente Mayor o Puente Romano, fue declarado monumento histórico-artístico en 1961. El decreto lo describe como «uno de los más monumentales, antiguos y bellos de Europa», razón que justificaría «su elección para el blasón de la capital y la provincia de Ourense».
Forma un único conjunto con la capilla anexa, el Santuario de Nuestra Señora de los Remedios, que según el texto data de 1522. En 2014 fue restaurada, después de un devastador incendio.